El Paseo Parián, ubicado en la Plaza de la Constitución, es un proyecto que integra cuatro plazas de diferentes escalas y ambientes organizadas alrededor de tres estructuras curvilíneas que albergan 94 puestos de embajadas y servicios. Estas estructuras tienen cubiertas de colores distintos que generan contrastes en el interior y el exterior. 
La curva azul, al poniente, incluye una grada de descanso utilizada principalmente por las tardes. La curva roja, al sur, cuenta con un foro de conciertos que dinamiza la explanada. La curva verde abraza el Pabellón CDMX, destinado a proyecciones y eventos, aunque su cercado limita el acceso. Al centro, las tres curvas forman una plaza irregular que es la más transitada, con lonas blancas que ofrecen protección climática y un espectáculo visual con el viento.
El diseño fomenta el paseo y el ocio con accesos diversos, recorridos fluidos y sombra en los pasillos. Los colores reinterpretan el comercio tradicional del Zócalo, combinando lo familiar para los locales con lo atractivo para los extranjeros. Aunque el proyecto fue desplazado por obras en la plaza, reduciendo su conexión con los ejes urbanos, logró consolidarse como un espacio permeable y dinámico que promueve la hospitalidad y experiencias cambiantes.
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