Todo comienza en la memoria de una experiencia colectiva. En México es común encontrar pequeñas montañas de grava y arena para construcción sobre la vía pública. A un costado de la calle o sobre la banqueta; tal vez en terrenos abandonados dentro de la ciudad o apiladas en pueblos apenas poblados.
Cuando eres un niño, al ver estas montañas solo puedes pensar en escalarlas y sentir cómo tus pasos se hunden en esa topografía efímera y accidental que se moldea con tu peso. A través de esta experiencia, Tezontle Ludens busca conectar con ese recuerdo y generar enlaces honestos a través del ejercicio lúdico e inocente de nuestra experiencia humana.
La topografía está compuesta por tezontle de diferentes tamaños, que se moldean y transforman con los pasos de los visitantes. En ella, aterrizan y se encajan tres volúmenes de concreto liso y limpio. Todo, contenido por una gran banca de madera que sirve al espacio público como descanso y así, se convierte en “tezontlero” logrando vivir ambas direcciones del pabellón.
Las sábanas en casa se secan al sol, allí es donde volvemos a jugar de pequeños sintiendo y reconociendo la forma del aire.Las cortinas traslúcidas recuerdan esta memoria y dinamizan el espacio al interior y exterior, una materialización del viento que las mueve.
Back to Top